El Cerro Rico
La ciudad de Potosí fue ubicada en el lugar más inhóspito para vivir, justificado únicamente por la fantástica riqueza del Cerro Rico.
Cuenta la historia o la leyenda que un indio llamado Huallpa, después de haber viajado mucho tiempo, se sentó a descansar en el Cerro Rico y, para calentarse y pasar la noche, encendió una hoguera; al poco tiempo vio que el suelo se derretía y exclamó: ¡Ppotojchi!, que en quechua significa “que revienta”. De esta manera fue descubierto el cerro más rico del mundo.
Atrajo la atención del Viejo Mundo, especialmente de España, y se fundó la Villa Imperial de Potosí.
El estaño en bruto
Del Cerro Rico de Potosí fueron extraídas toneladas de plata y oro en la época colonial, que eran transportadas en mulas y burros hasta la costa, donde los enormes veleros españoles esperaban la preciosa carga para llevarla a la madre España.
El estaño y otros valiosos minerales han cobrado valor a fines del siglo pasado, de manera que ahora se producen toneladas de estaño, que en la época colonial no tenían ningún valor.
Entre los demás minerales que brinda este fabuloso cerro están: el plomo, bismuto, cobre, wólfram, cinc, etc.